Disney+ permitirá crear vídeos con inteligencia artificial basados en sus personajes

Disney+ se encuentra a las puertas de una reinvención histórica que podría cambiar para siempre su papel en el sector del entretenimiento digital, así lo anunció Bob Iger, CEO de The Walt Disney Company, durante la presentación de resultados del cuarto trimestre fiscal de 2025. Desde su lanzamiento al mercado en 2019, la plataforma ha pasado de ser un repositorio de los clásicos de la compañía a diversificarse con producciones originales y colaboraciones estratégicas, como la integración de contenidos de Star Wars y la reciente alianza con Epic Games para generar experiencias interactivas.
El siguiente paso es aún más ambicioso, abrir la puerta a que los usuarios generen contenido mediante inteligencia artificial utilizando personajes y universos propios de Disney, Pixar, Marvel o Star Wars. Por primera vez, los espectadores podrán crear microhistorias, cortometrajes animados o secuencias interactivas seleccionando plantillas, prompts y escenas predefinidas, que la inteligencia artificial transformará en contenidos completamente nuevos dentro de un entorno supervisado y controlado por Disney. Esto supone un cambio profundo respecto a los modelos generativos existentes, ya que no se trabaja con estilos o materiales genéricos, sino con propiedades intelectuales protegidas bajo uno de los sistemas de copyright más estrictos del mundo.
El proyecto exigirá un sistema de licencias muy preciso que permita considerar cada creación como una obra derivada autorizada. Se requiere la autorización previa del titular del copyright para producir obras derivadas, por lo que todo indica que Disney mantendrá la titularidad plena de cualquier vídeo generado, incluso cuando la intervención creativa del usuario sea significativa. Esta aproximación resuelve la cuestión sobre la propiedad, pero abre otras dudas relacionadas con los derechos morales y la protección de la integridad narrativa de los personajes. Aunque en Estados Unidos estos derechos tienen menor reconocimiento, Disney los preserva a través de mecanismos marcarios, reputacionales y contractuales, lo que implica una posición inflexible frente a cualquier uso que distorsione, degrade o altere el carácter esencial de sus figuras icónicas.
La iniciativa plantea también interrogantes sobre la responsabilidad derivada del contenido generado. Disney no se limitará a alojar archivos subidos por terceros, sino que proporcionará herramientas creativas, material base y un entorno de ejecución, lo que previsiblemente impedirá acogerse a los modelos tradicionales de exención de responsabilidad propios de plataformas neutrales. El uso inapropiado, ofensivo o especialmente difamatorio de personajes generados mediante inteligencia artificial requerirá sistemas estrictos de supervisión previa y un protocolo claro para abordar posibles infracciones o abusos. Este marco deberá convivir con límites éticos específicos que seguramente incluirán la prohibición de contenidos violentos, sexualizados, discriminatorios o políticamente sensibles, así como precauciones para impedir que los modelos generativos reproduzcan sesgos o produzcan material inapropiado. Todo esto obligará a combinar técnicas automatizadas de moderación con revisión humana constante.
Bob Iger ha destacado que cualquier colaboración con empresas de inteligencia artificial deberá incluir garantías estrictas de protección de propiedad intelectual de Disney, lo que indica la intención de la compañía de blindar sus activos ante escenarios que puedan comprometerlos. Desde la perspectiva jurídica, será imprescindible definir un marco claro de titularidad, uso, autorización y responsabilidad, además de establecer mecanismos que garanticen el respeto a la identidad narrativa de los personajes y eviten la generación de contenidos perjudiciales.
Por el momento, Disney no ha ofrecido detalles adicionales sobre el proyecto. Según The Hollywood Reporter, la compañía aún no ha respondido a solicitudes de información acerca al funcionamiento del sistema UGC generativo dentro de Disney+. Lo que sí resulta evidente es que la decisión de habilitar la creación generada por los usuarios, especialmente cuando se trata de propiedades intelectuales protegidas, podría establecer un precedente significativo para la industria del entretenimiento, en un contexto donde las fronteras entre autoría, usuario y tecnología algorítmica son cada vez más inteligibles.