La CNIL publica su posición respecto al uso de cámaras inteligentes en espacios públicos

La Autoridad de Control de Francia, la “Commission Nationale de l'Informatique et des Libertés” (en adelante, “CNIL”), ha publicado su posición respecto a la utilización de las denominadas  “cámaras inteligentes” o “cámaras aumentadas” en espacios públicos. 

Las “cámaras inteligentes” o “aumentadas” consisten en un software de tratamiento de imágenes automatizado acoplado a cámaras, que analiza a las personas con el fin de deducir información y datos personales (además de filmarlas). Permiten, por ejemplo, contar automáticamente el número de personas en un lugar, analizar algunas de sus características (vestimenta, uso de mascarilla, etc.), o incluso identificar determinados comportamientos (abandono de equipaje, violación, etc.),

En su comunicado, la CNIL pide una reflexión general sobre el uso de estas herramientas en espacios públicos, independientemente de la base de legitimación recurrida.

Con respecto a su uso por autoridades públicas para la detección y persecución de delitos, destaca que, a fecha de hoy, no existe ninguna normativa que autorice a las autoridades francesas a recurrir a este tipo de dispositivos. 

Sin embargo, indica que ciertos usos de las mismas podrían llegar a ser legítimos como: el conteo de peatones, coches o ciclistas en la vía pública, la adaptación de las capacidades del transporte público en función de su uso, su utilización para analizar el consumo energético de un edificio etc.  

No obstante, destaca que, con estos dispositivos, generalmente no es posible que las personas ejerzan los derechos que les otorga el Reglamento General de Protección de Datos (en adelante, RGPD), como el derecho a oponerse a ser analizados por la cámara. Por ello, indica que estos usos “sólo serán lícitos cuando hayan sido autorizados. por las autoridades públicas” las cuales previamente “deben adoptar un texto (reglamentario o legislativo) para dejar sin efecto el derecho de oposición”.

Por otro lado, la CNIL confirma que cuando las mismas sean utilizadas únicamente para producir estadísticas (compuestas por datos anónimos), su uso estaría permitido sin autorización previa. Este sería el caso, por ejemplo, de un dispositivo que permitiera calcular las aglomeraciones en el metro y así mostrar a los viajeros los trenes con menos pasajeros. 

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