La UE moderniza su sistema de protección de diseños tras más de 20 años

La Unión Europea ha dado un paso importante hacia la modernización del sistema de protección de diseños al aprobar una reforma legislativa estableciendo que el Reglamento sobre dibujos y modelos comunitarios se convierte en el Reglamento sobre diseños de la Unión Europea (RDUE). Esta revisión, que entrará en vigor por fases a partir del 1 de mayo de 2025, pretende alinear la normativa con los desafíos actuales del diseño industrial, en particular en un contexto de creciente digitalización.

Uno de los primeros aspectos que llama la atención es el cambio en la terminología: el tradicional “dibujo o modelo comunitario” pasará a denominarse oficialmente “diseño de la Unión Europea”. Esta modificación, que va más allá de una simple cuestión semántica, busca reforzar la identidad del sistema como una protección unitaria válida en todos los Estados miembros y equipararlo con la nomenclatura ya consolidada en otros derechos como las marcas de la UE.

La reforma también aborda cuestiones procedimentales con el objetivo de mejorar el acceso al sistema de protección de diseños. Entre los cambios se incluye la posibilidad de presentar solicitudes múltiples sin necesidad de que los diseños pertenezcan a la misma clase de producto, así como la incorporación de un símbolo común europeo que permitirá identificar de manera más clara aquellos productos protegidos por derechos de diseño. Estas medidas están especialmente orientadas a facilitar el uso del sistema por parte de diseñadores individuales y pequeñas empresas.

En paralelo, se ha ampliado el alcance de la protección para adaptarse al entorno digital. A partir de la entrada en vigor de la reforma, podrán registrarse como diseños elementos como las interfaces gráficas de usuario, las animaciones o las representaciones en 3D, siempre que cumplan los requisitos de novedad y carácter singular. Esta extensión responde a la creciente importancia que adquieren los elementos visuales en productos y servicios digitales, donde el diseño es un componente central de la experiencia de usuario.

Otro aspecto clave de la reforma es que contempla una ampliación de las excepciones al derecho sobre los diseños, introduciendo limitaciones que permiten ciertos usos sin necesidad de autorización. En particular, se abre la puerta al uso de diseños registrados en contextos como la publicidad comparativa, así como en expresiones creativas o críticas, incluidas parodias. Eso sí, estos usos solo serán legítimos si se ajustan a las prácticas comerciales leales y no comprometen la explotación normal del diseño por parte de su titular.  

Con esta reforma, la UE aspira a consolidar un sistema de protección de diseños más eficiente, claro y adaptado a las necesidades del mercado actual. Los diseñadores, tanto independientes como corporativos, deberán estar atentos a las nuevas disposiciones para maximizar las oportunidades que se abren en términos de innovación, competitividad y valor añadido de sus productos.

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