La Primera Sala de Recurso de la EUIPO considera que una marca compuesta por la secuencia de números del 0 al 23 no puede registrarse como marca de la UE, ya que no sería fácil e instantáneamente recortada por el público relevante como un signo distintivo. Así, la decisión de la Sala confirma que un patrón, ya sea numérico o de otro tipo, debe ser capaz de indicar el origen comercial de los productos y/o servicios para poder ser registrado como marca.
Desde el año 1997, la casa de moda francesa asigna a cada uno de sus tipos de productos un número del 0 al 23, de modo que sus etiquetas únicamente incluyen la secuencia de estos números, dispuestos en tres filas, con el propósito de indicar a qué colección pertenece cada prenda.

En 2021, la firma había solicitado el registro de este patrón como marca figurativa de la Unión Europea para las clases las clases 4 (velas), 11 (aparatos de iluminación y ambientadores), 21 (utensilios y recipientes para el hogar) y 35 (servicios de venta minorista y mayorista en relación con preparaciones blanqueadoras y otras sustancias para lavar, productos de perfumería, laca para el cabello, champús, etc.) de la Clasificación de Niza, y fue rechazado durante el periodo de examen por carecer de carácter distintivo.
En su análisis, la Sala de Recurso observó que la longitud de la secuencia no permite memorizar los detalles individuales de la marca, ni el signo en su conjunto, lo que le llevó a concluir que sería percibido como una (o tres) secuencia (s) no memorable (s) de números por el público destinatario y que era poco probable que el público recordase las cifras que figuran en el signo o situadas al principio o al final de cada línea.
Además, según el razonamiento de la Sala, el público relevante no pronunciaría la secuencia completa al recomendar o publicitar los productos, y al carecer de elementos característicos o llamativos que puedan conferir un mínimo grado de distintividad, el signo carece de carácter distintivo.