<strong>Desestimada la demanda de un coreógrafo contra Fornite por infracción de sus derechos de Propiedad Intelectual</strong>

El coreógrafo Kyle Hanagami presentó demanda contra Epic Games alegando que uno de sus juegos, Fortnite, había infringido los derechos de propiedad intelectual de una coreografía de la que él había sido creador.

Analizando los precedentes, parecía una demanda condenada al fracaso ya que otras demandas sobre movimientos de baile característicos, como podía ser el de Carlton en el Príncipe de Bel Air,  habían visto desestimadas sus pretensiones.

La novedad que incluye el caso de Hanagami es que, a diferencia de sus predecesores, él sí que había registrado su coreografía, de forma que, a su entender, podía plantear sus alegaciones con un fundamento más sólido.

Sin embargo, sus esperanzas se vieron frustradas cuando el tribunal desestimó su demanda. La base de la desestimación es el análisis realizado sobre la coreografía. El tribunal, antes de proceder al análisis extrínseco (es decir, a comparar directamente las poses), eliminó aquellos elementos que no consideraba protegibles.

Hecho esto procedió a analizar aquellos que sí lo eran y llegó a dos conclusiones: por un lado, las poses eran idénticas, pero, al mismo tiempo, esas posturas analizadas de forma aislada no constituían un elemento protegible por la propiedad intelectual.

Lo que está protegido, según el Tribunal, es la expresión de esos movimientos dentro de una coreografía, pero no se protege el movimiento en sí mismo, de la misma manera que no se protege una palabra aislada, sino que se protege cómo esa palabra se hila con otras para llegar a una frase original.

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