Clearview: cuando sólo una foto obtenida de Facebook basta para identificar a un posible delincuente.

Clearview es una compañía de software dereconocimiento facial que dispone de una base de datos compuesta por más de3.000 millones de imágenes, extraídas de redes sociales o sitios web como Facebook,Twitter o YouTube. Esta tecnología de reconocimiento facial, permite compararcualquier persona no identificada con la enorme base de datos de fotografías dela que dispone Clearview, con el fin de identificar pederastas, delincuentes,terroristas… O al menos esa es la finalidad con la cual comercializan susservicios en su sitio web.

Si bien siempre ha mantenido un perfil bajo y haoptado por mantenerse en la sombra, recientemente, se ha visto envuelta en unagran polémica al ser objeto, a finales de febrero, de una brecha de seguridadque ha expuesto al público su lista completa de clientes. La brecha permitióconocer las organizaciones que utilizaban sus servicios, -entre las que seencontraban entidades públicas como cuerpos de seguridad de numerosos estados oagencias gubernamentales, pero también entidades privadas como bancos, universidades,grandes almacenes, y un largo etcétera-, así como cuántas cuentas abrierondichas organizaciones y cuántas búsquedas habían realizado.  

Que esta información se haya hecho pública, y sehayan conocido los potenciales usos que pueden llevarse a cabo con estainformación ha supuesto un intenso debate público y ha puesto en tela dejuicio, una vez más, la idoneidad de tecnologías de reconocimiento facial y suuso con técnicas de big data.

Más allá de las implicaciones obvias en relación conla protección de la privacidad de las personas, que ven cómo se pierde suanonimato dentro de la vida pública, y que pueden verse afectadas por un usoinsospechado, desconocido y no autorizado de su imagen, en el uso detecnologías de inteligencia artificial deben tenerse en cuenta una serie de requisitosimprescindibles relacionados con la ética que deben cumplirse. Entre elloscabe destacar la importancia de la supervisión humana, la solidez técnica delas herramientas, la seguridad y protección de la información, y la nodiscriminación.   

Sin embargo, es una realidad que este software sólodispone de un rango de precisión del 75%, y estos potenciales fallos o erroresen el reconocimiento de las personas pueden provocarles graves perjuicios alproducirse errores por falsas coincidencias o reconocimientos menos certeros enfunción del color de la piel o del género.

También por su parte, al conocer el uso que seestaba haciendo de las imágenes de sus usuarios, las empresas tecnológicas sehan llevado las manos a la cabeza y han mostrado su absoluto rechazosolicitando a Clearview el cese de estas prácticas que, en su opinión, vulneranlos términos de uso de sus plataformas. Mientras, Clearview se justificaargumentando que esta información se encuentra disponible de forma pública eninternet, utilizando únicamente plataformas abiertas y no los perfiles privadosde los usuarios.

Como ya indicábamos en un post anterior,resulta imprescindible que se aborde cuanto antes el necesario debate sobre eluso de técnicas de reconocimiento facial antes de que sea tarde y sus usos seencuentren tan extendidos que resulte imposible controlar todas susimplicaciones.

Loreto Jiménez Muñoz | Head of Privacy | L-A

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