Apple contra Facebook por la privacidad.

Como se ha venido observando en los últimos tiempos, Apple y Facebook han estado combatiendo sobre una serie de aspectos relacionados con la creciente regulación en materia de privacidad en su nicho de mercado, tanto en lo relativo al RGPD de la Unión Europea como a las nuevas leyes estadounidenses, entre las que destaca la recientemente aprobada CPRA.

Los dos gigantes tecnológicos se han encontrado en caras opuestas de una misma moneda durante algún tiempo, siendo la última disputa el seguimiento de usuarios con fines publicitarios.

Esta "batalla" se centra en los cambios que pretende introducir Apple en sus nuevas políticas de privacidad, que estarán vigentes, probablemente, desde marzo de 2021 y que las aplicaciones de su "App Store" deberán acatar si no quieren ser eliminadas de su tienda. En concreto, los cambios de Apple en el software operativo, iOS 14, obligarán a las aplicaciones a solicitar el consentimiento de los usuarios antes de poder rastrear su actividad, cuando actualmente este rastreo se realiza de forma automática.

La implementación de estas medidas tiene por objeto, según ha declarado Apple, defender los derechos relativos a la privacidad de los usuarios, ya que, de acuerdo con Apple, los usuarios deberían tener la posibilidad de elegir a qué aplicaciones o páginas web prestan su consentimiento para que sus datos puedan ser recopilados y compartidos. De esta manera, Apple refuerza su posición como defensor de la privacidad. Al mismo tiempo esta estrategia le permitirá, potencialmente, incrementar sus resultados, dado que le situará en una mejor posición para competir con Google y Facebook en el mercado de la publicidad, quienes podrían verse afectados por estas nuevas restricciones. Cabe destacar que, aunque la implementación de esta nueva estrategia estaba prevista para septiembre de este año, la compañía la ha retrasado hasta la siguiente primavera para que los desarrolladores de aplicaciones gocen de un periodo de adaptación.

En vista de lo anterior, Facebook no tardó en reaccionar publicando en distintos periódicos digitales anuncios a página completa atacando a Apple por estas nuevas medidas, alegando que muchos de los anunciantes son pequeñas y medianas empresas, PYMES, que se basan en el rastreo de los datos de usuarios para crear anuncios que resulten más relevantes y acordes a los intereses de los usuarios. De esta manera, Facebook acusa a Apple de privar a las compañías anunciantes de generar los anuncios más adecuados para los usuarios por la imposibilidad de rastrear los gustos de los mismos. Esto provocará, en opinión de Facebook, que tales compañías reduzcan sus ingresos. En concreto, el gigante tecnológico prevé que los anunciantes perderán más de la mitad por dólar invertido en publicidad cuando las medidas se hagan efectivas.

En suma, ambas compañías están protegiendo sus intereses comerciales y sus esfuerzos se encuentran dirigidos a defender aquellas políticas que les resultan más beneficiosas. No obstante lo anterior, cabe preguntarse cuál de las dos organizaciones puede salir vencedora de la guerra comercial que ha sido objeto de intensificación en los últimos tiempos y, por el contrario, cuál puede verse más perjudicada.

Facebook ya ha declarado que, aunque no esté de acuerdo con la decisión adoptada por su competidor, no se enfrentará a Apple porque las represalias que la misma podría tomar perjudicarían todavía más su modelo de negocio.

Paradójicamente, la iniciativa de Facebook de insertar anuncios a pantalla completa en los principales periódicos de Estados Unidos solo ha servido para que los usuarios apoyen los cambios que pretende introducir Apple. Esto se debe a que los usuarios perciben el comportamiento de Facebook como un esfuerzo dirigido a obtener sus datos de cualquier forma, mientras que Apple se configura como un defensor de la privacidad. Por lo tanto, el movimiento de Facebook no ha hecho más que aumentar el posible daño que la configuración de software de su competidor podría potencialmente ocasionarle.

Por otro lado, y aunque a priori podría parecer contradictorio, la propia Apple podría verse perjudicada por la implantación de sus nuevas políticas de privacidad. Una cantidad sustancial de las aplicaciones que se ejecutan en la compañía de la manzana se financian con publicidad, por lo que los desarrolladores ganarán menos y se verán obligados a cobrar por aplicaciones que en la actualidad son gratuitas. Apple vería aumentados sus beneficios por el cobro de comisiones de suscripción de los que antes eran servicios gratuitos, pero pone en riesgo perder la lealtad de algunos de sus consumidores. Asimismo, esta tentativa de Apple ha conseguido enfurecer a Facebook, lo que seguramente derive en un aumento de campañas publicitarias dirigidas a incrementar las presiones antimonopolio a las que ya se enfrenta la compañía fundada por Steve Jobs.

En definitiva, aunque ambas organizaciones buscan defender sus intereses con las iniciativas llevadas a cabo, parece ser que no existe un escenario plausible en el que alguna de las dos pudiese salir claramente vencedora de esta “guerra”. La rivalidad entre ambas podría perjudicarlas más que beneficiarlas, atendiendo especialmente a que el mercado en el que tales compañías operan se encuentra cada vez más regulado (a modo de ejemplo, a nivel europeo destacamos las propuestas recientemente aprobadas conocidas como “Digital Services Act y “Digital Markets Act”).

Artículo de Asís Novela, Legal Team, Legal Army.

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