Adidas pierde la batalla judicial contra Thom Browne por infracción marcaria

El pasado viernes 13 de enero se puso fin a la primera batalla judicial que enfrentó a Adidas contra Thom Browne por el uso de diseños con rayas que este último hacía en sus prendas.

Adidas AG es una de las dos sociedades nacidas a raíz de la separación de los dos hermanos fundadores de “Gebrüder Dassler Schuhfabrik”; especializada en ropa deportiva, su logo de marca desde 1994 son tres rayas negras sobre un fondo blanco (siendo antes un trébol estilizado que ya incorporaba tres rayas negras).

Por su parte, Thom Browne es un diseñador de ropa de lujo que ya en 2005 había comenzado a comercializar una chaqueta con un diseño llamado “Three-Bar Signature” compuesto por tres líneas. Dos años más tarde, en 2007, Adidas contactó con él alegando que dicho diseño infringía sus derechos marcarios y conminándolo a cesar en su uso. 

El diseñador aceptó y cesó en el uso de ese diseño, pero entre los años 2008 y 2009 comenzó a comercializar un nuevo diseño llamado “Four-Bar Signature” caracterizado por ser cuatro rayas en lugar de tres.

Sin embargo, la situación no cambió hasta 2018 cuando, tras la expansión de la marca de Browne a ropa deportiva y la adquisición por parte de Ermenegildo Zegna de gran parte de sus acciones, Thom Browne registró un diseño llamado “Grosgrain Signature”.

En 2021 Adidas presentó demanda en la corte del distrito de Manhattan Sur contra Thom Browne por infracción marcaria alegando que el uso por parte del diseñador de líneas paralelas (tanto en “Four-Bar Signature” como en “Grosgrain Signature”) respondía a buscar generar confusión en el público respecto al origen de la marca, creando con ello una situación de enriquecimiento a costa de Adidas.

Los argumentos que se elaboraron por parte de la defensa de Browne fueron, sustancialmente, que sus prendas se vendían por más de setecientos dólares mientras que las prendas similares de Adidas tenían un precio de cien dólares, por lo que no podía haber confusión toda vez que los públicos destinatarios eran distintos.

Adicionalmente, los diseños de Browne habían estado en circulación desde 2008 sin que, en todos esos años, hubiese habido una reclamación por parte de Adidas, por lo que resultaba poco razonable presentar reclamación casi quince años después de la publicación del diseño cuando pudo haberse presentado antes, lo que servía para demostrar una situación de tolerancia en el uso de la marca.

A la luz de todos los argumentos y pruebas, el jurado decidió dar la razón a Thom Browne, desestimando las peticiones de Adidas quien, hoy en día, valora la posibilidad de apelar la decisión.

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