28 de enero - Día International de la Privacidad.

Hoy, como cada año, se celebra en España y en numerosos países del mundo el Día Internacional de la Privacidad, con el fin de concienciar y promover las mejores prácticas de privacidad y protección de la información, especialmente en internet y en el uso de las redes sociales.

Cada año somos más conscientes de la importancia de los datos personales y del poder que ofrecen a quien dispone de ellos. Mientras que hace unos años poco se hablaba de estos asuntos, actualmente la privacidad se encuentra en boca de todos, y esto es gracias a las numerosas medidas de difusión e impulso de la cultura de protección de datos que se han realizado por las entidades públicas, autoridades de protección de datos y grandes asociaciones dedicadas a la privacidad. Pero esta concienciación también ha sido posible gracias al esfuerzo y trabajo de los que nos dedicamos a esto, y de las empresas y negocios que son conscientes del valor añadido que la privacidad ofrece.

En esta línea, el pasado 21 de enero la AEPD lanzaba un Pacto Digital para la protección de las personas con el respaldo de las principales asociaciones empresariales, fundaciones, asociaciones de medios y grupos audiovisuales con el fin de promover un compromiso con la privacidad en los modelos de negocio de las empresas y organizaciones. A este Pacto pueden adherirse las entidades, comprometiéndose a implantar los principios y recomendaciones recogidas en el mismo, y a cumplir con obligaciones específicas en el ámbito digital. Asimismo, se incluye un Decálogo de buenas prácticas para medios de comunicación y organizaciones con canales de difusión propios, con el objetivo de asegurar la privacidad de las víctimas y recordar la existencia del Canal prioritario para solicitar la retirada urgente de contenidos sexuales o violentos difundidos en internet sin el consentimiento de las personas que aparecen en ellos.

Lo cierto es que, en estos años, aunque la labor formativa y de concienciación de las Autoridades de Control ha sido encomiable, no todo han sido medidas didácticas de difusión e impulso de la privacidad, sino que también las multas por infracciones en materia de protección de datos han tenido parte de la culpa de que todos nos hayamos puesto las pilas.

Cada vez más se detecta una tendencia al alza de sanciones históricas por parte de todas las Autoridades de Control europeas, y en el último año han aumentado casi un 40% con respecto a años anteriores. Aunque España tradicionalmente siempre ha estado a la cabeza de Europa por el número de sanciones y su importe (y entre diciembre del 2020 y enero de este año ha impuesto 11 millones de euros en multas a dos entidades bancarias), muchas de las autoridades europeas le llevan ya la delantera con multas ejemplarizantes, tales como Italia y Alemania que se encuentran, por mucho, a la cabeza del resto.

En este sentido, los sectores más afectados por estas grandes multas han sido los de la distribución, hostelería, telecomunicaciones y petróleo, además de las grandes tecnológicas como Google, que ha protagonizado la multa con importe más alto (50 millones de euros). 

Por su parte, las empresas se han hecho conscientes de esta realidad, y son conocedoras de los beneficios que conlleva cumplir con la normativa de protección de datos, no solo a nivel reputacional o para evitar las temidas multas, sino como un elemento que permite a las mismas poner en orden sus procesos internos, garantizar de forma genuina que existe voluntad de cumplir, y aprovechar el valor añadido que ofrece el asegurar la privacidad de sus clientes y usuarios.

Por último, en un día como hoy, no quiero dejar de lado la necesidad de recordar nuestro compromiso como sociedad de educar a las nuevas generaciones en la base de un uso responsable de la tecnología, de una ciudadanía digital sensata y con sentido común, y de desarrollar conductas responsables no solo con respecto a sus propios datos sino también sobre los de los demás, puesto que éstas serán las generaciones del futuro y en sus manos se hallará la protección de estos valores. 

El camino que aún nos queda por recorrer es largo y son grandes los retos que tenemos por delante: el Brexit, las temidas transferencias internacionales de los datos a países que no son considerados seguros y la aprobación de las nuevas cláusulas contractuales tipo, los avances en el tratamiento de datos de salud, el desarrollo exponencial de herramientas basadas en inteligencia artificial, las implicaciones de la tecnología adtech y los dispositivos de seguimiento de los usuarios o la utilización de datos biométricos para la identificación única de las personas, pero seguiremos trabajando juntos para exprimir al máximo todos los beneficios que estos avances conllevan, garantizando a la vez nuestra preciada privacidad. 

Loreto Jiménez Muñoz | Head of Privacy | L-A

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