La SRA autoriza a Garfield.Law y marca el camino de la IA en el derecho en Reino Unido

El pasado 6 de mayo de 2025, la Solicitors Regulation Authority (SRA) autorizó a Garfield.Law Ltd como el primer despacho de abogados puramente impulsado por inteligencia artificial enInglaterra y Gales. A diferencia de las firmas que emplean la IA como mero apoyo en tareas internas o de revisión de documentos, Garfield.Law ofrece un asistente litigios o automatizado que guía a pequeñas y medianas empresas, así como a otros despachos, en la recuperación de deudas impagadas a través del proceso de smallclaims court, acompañando al cliente hasta la fase de juicio y requiriendo su aprobación expresa en cada paso.
Para otorgar esta autorización, la SRA examinó los controles de calidad implementados por la firma, asegurándose de que existieran procesos rigurosos para validar la información generada por la IA y garantizarla confidencialidad de los datos conforme a la normativa profesional. También verificó los protocolos para detectar y prevenir conflictos de interés y evaluó las medidas de supervisión activa establecidas para mitigar riesgos de“alucinaciones” del sistema, como la citación de jurisprudencia inexistente. El asistente no puede actuar de forma autónoma: cada actuación debe ser aprobada por el cliente y revisada por un abogado regulado, especialmente durante la fase de lanzamiento, para corregir posibles desviaciones con antelación.
Aunque la tecnología es el motor de Garfield.Law, la responsabilidad última recae en un abogado con licencia en ejercicio, quien asume la rendición de cuentas por todas las salidas del sistema y cualquier incidencia. Además, la firma cumple con los requisitos de seguro profesional mínimo, ofreciendo a los usuarios una protección esencial en caso de error.Este marco regulatorio demuestra la flexibilidad de la SRA para incorporar innovaciones sin rebajar los estándares éticos y de calidad.
La aprobación de Garfield.Law pone de manifiesto el enorme potencial de la IA para mejorar el acceso a la justicia, reduciendo costes operativos y agilizando trámites en reclamaciones de cuantías modestas que a menudo quedan fuera del alcance de los despachos tradicionales. Sin embargo, este modelo también implica riesgos como la estandarización de procesos, la cual puede pasar por alto matices críticos de cada caso concreto.
Este proyecto se inscribe en una tendencia que ya tiene precedentes, firmas como Macfarlanes ofrecen a sus clientes revisión documental mediante Harvey, Farewill gestiona testamentos completamente online con intervención puntual de abogados y plataformas como DoNotPay y Contend llevan años intentando democratizar el acceso a servicios legales de bajo coste. La diferencia de Garfield.Law radica en su autorización oficial y en la participación del abogado “en el bucle”, que asegura responsabilidad y cumplimiento normativo, pero en esencia todas estas iniciativas buscan el mismo objetivo, un servicio accesible, digital y eficiente.
A pesar de su importancia, conviene relativizar la novedad de Garfield.Law. No inventa un modelo radicalmente nuevo, sino que adapta y regula una fórmula que ya existía en otros países y sectores. El verdadero hito no es tanto la tecnología en sí, sino la validación regulatoria que obliga a mantener un abogado supervisando cada paso. En definitiva, el avance real consistirá en ver si este modelo logra equilibrar la eficiencia de la IA con la profundidad y calidad del asesoramiento humano, sin caer en la ilusión de que basta con “pulsar un botón” para resolver un litigio complejo.