La reputación de la marca “Virgin” no se vio afectada durante la pandemia

El pasado jueves, Virgin Group, conglomerado multinacional fundado por Richard Branson, se alzó ganador en una disputa que mantenía contra Brightline, operador estadounidense de trenes. La disputa tuvo su origen en la cancelación de un acuerdo de marca y el Tribunal Superior de Londres condenó a Brightline al pago de una indemnización por daños y perjuicios por un importe de ciento quince millones de dólares.

El acuerdo de marca fue resuelto de manera anticipada por Brightline en el año 2020, sólo dieciocho meses después de su firma. La razón detrás de esta resolución fue, según el operador de trenes, el impacto negativo que tuvo sobre la marca las declaraciones vertidas por Richard Branson en 2020. En particular, Branson sugirió que la aerolínea Virgin Atlantic necesitaría un rescate como consecuencia de los estragos de la pandemia.

En su defensa, el conglomerado británico argumentó que su marca no sufrió daños por la manera en que la dirección afrontó la pandemia. A su vez, esto suponía que Brightline no podía resolver de manera unilateral el contrato sin pagar una penalización de hasta doscientos millones de dólares. De manera conjunta, Virgin solicitó el pago de las regalías impagadas.

Tras escuchar a ambas partes y analizar los hechos, el juez del Tribunal Superior de Londres, Mark Pelling, consideró que Brightline no pudo demostrar que la marca “Virgin” se había visto afectada hasta el punto de dejar de ser una marca de alta reputación internacional cuando resolvió el acuerdo.

Tras recibir la sentencia favorable, un portavoz de Virgin Group señaló que otra parte de la demanda valorada en hasta noventa millones de dólares se escuchará en una fecha posterior.

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